Docente

“Si enseñamos a los estudiantes de hoy como enseñamos ayer, les estamos robando el mañana” John Dewey (1859-1952)

La práctica pedagógica de los maestros es fundamental en la sociedad ya que cumple un papel social, cultural y académico en la vida de los educandos. El docente es un potenciador que acompaña a los estudiantes en la construcción del conocimiento, desde la movilización del pensamiento, el auto reconocimiento, y el convivir con los demás y el entorno.

El rol del maestro según (Zambrano Leal, 2001); el profesor permite centrar la atención en tres tipos de saber: el disciplinar, el pedagógico y el académico. Los tipos de saberes también deben ir ligados a las competencias según Perrenoud (2007) entendiendo que “una competencia es una capacidad de acción eficaz frente a un conjunto de situaciones, que uno logra dominar porque dispone, a la vez, de los conocimientos necesarios y de la capacidad para movilizarlos positivamente en un tiempo oportuno, con el fin de identificar y resolver verdaderos problemas”.

La Normal Superior Marco Fidel Suárez en su modelo pedagógico busca que los estudiantes tengan la oportunidad de desarrollar al máximo su creatividad, autonomía, destreza, su participación y que sea un estudiante que construya su propio aprendizaje, por lo tanto, es el maestro quien es el orientador para que potencie las estrategias meta cognitivas, es decir, se aprende cómo aprender, estimula la autoestima y la seguridad, en interacción con sus pares y cuidado del entorno.

La pandemia del covid 19 ha transformado la forma de pensar, actuar y de ver la vida, por eso el rol del docente es humanista, con espíritu permanente de superación, abierto al cambio, conocedor de los lineamientos y estándares de calidad, estudioso de su entorno de sus educandos, de su comunidad, de lo sociocultural, muy respetuoso de las diferencias individuales, dispuesto a elaborar propuestas de mejoramiento, a estructurar proyectos para atraer y hacerlos extensivos a la comunidad. Es un maestro que reconoce el trabajo en equipo como factor decisivo para poder dar cumplimiento al horizonte institucional, muy especialmente a la misión que se constituye en el hacer diario, en aras de potenciar personas competentes en el marco de la sana convivencia, el reconocimiento de la dignidad humana y la práctica de la empatía en cada proceso de aula.

El maestro, es quien asume el rol de mediador y transformador de vida, donde el respeto y la vocación, son los valores que prevalecen en su labor, por tal motivo, la tarea del maestro es propiciar el despliegue de habilidades en sus estudiantes, encontrar con ellos su potencial y desarrollar competencias que les permita adaptarse al contexto, interpretarlo y transformarlo.

El maestro, como lo propone Bruner (en Díaz, 2009), será el mediador, el que desarrollará la capacidad crítica de las personas, pasando de una educación tradicional, autoritaria, bancaria, a desarrollar una educación liberadora, democrática, que permita ampliar la visión de mundo, la búsqueda de maneras respetuosas y dignas de conocer y leer la realidad.

El maestro ha de ser creativo, analítico y empático para estar abierto a todos los cambios que tienen los estudiantes durante el desarrollo de sus etapas. Además, de ser investigativo para construir un pensamiento crítico. Se asume que, el maestro marquista, puede enlazar la educación con la práctica a partir de vivencias cotidianas articuladas en cada una de las etapas del desarrollo de los estudiantes, en donde prevalezca el trabajo pedagógico y se fortalezca a través de la investigación como estrategia metodológica.

El maestro es quien reconoce, las necesidades educativas de formación de los estudiantes, teniendo en cuenta, los diferentes aspectos socio-culturales del entorno, asumiendo el reto de fomentar una educación práctica con una vivencia reflejada en los aspectos críticos a fortalecer en la comunidad y buscando estrategias de transformación de realidad. El maestro, es quien tiene el reto de contextualizar, reconceptualizar y repensar la forma de construir la identidad del ser y los proyectos políticos educativos para la transformación del proceso educativo, es claro, como entre lo que ya existe y lo nuevo, la escuela siempre estará en proceso de adaptación, siendo el maestro quien piensa, reflexiona y moviliza estos procesos. Se precisa aquí, un maestro capaz de, “diseñar la educación de manera que sirva para localizar las áreas que entusiasman a los estudiantes y darles la oportunidad de desarrollar ese entusiasmo” (Perkins, 2015, p. 25), es este el mayor desafío que enfrentan los maestros en tiempos presentes a la luz de este modelo pedagógico.

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